La Judía de Tarazona
El médico Yusef de Almali vivía en la aljama de Zaragoza junto a sus dos hijas, Miriam y Sol que eran hermosas, aunque Sol era de una belleza deslumbrante, tanto por fuera como por dentro. Llamaba tanto la atención que tenía una legión de pretendientes, tanto judíos como cristianos, pero no sólo eso, sino que entre ellos competían por ver quien lograba enamorar a Sol. Ante estos altercados, Miriam, que al quedar viudo su padre hacía las labores de madre, le contó lo que ocurría con Sol y sus pretendientes. Él estaba encantado de que una hija suya levantara pasiones, pero quería vivir sin llamar la atención en aquel tiempo donde lo peor que podía hacer un judío era darse a conocer. Yusef habló con su hija pequeña y le hizo prometer que jamás se casaría con ningún cristiano. Sol no tuvo mas remedio que obedecerle, y se casó con Acah Galup, cuyo padre poseía grandes bienes. Al poco tiempo Acah cayó gravemente enfermo. Su suegro pudo curarle la enfermedad del cuerpo, pero no la de la cab