La ermita de Santa Catalina de Alejandría

En cuanto llegamos a la ermita de santa Catalina de Azcona descubrimos que nos encontramos ante un templo sobrio, pero un hermoso ejemplo de románico rural navarro.
    La ermita se encuentra situada en la carretera que va de Azcona a Arizaleta, en tierra Estella, a 11 kilómetros de la cabecera de la merindad.

Fue construida en el siglo XII, pertenecía al poblado medieval de Ciriza y estuvo relacionada con el monasterio de Irache, tanto se nota su influencia que podemos descubrir muchas semejanzas entre ambos.
    Su curiosidad radica en que se trata de un templo sencillo, pero decorado abundantemente con muchos y diferentes capiteles y canecillos, donde podemos toparnos con caballeros, damas, animales, arpías y una cantidad de símbolos impresionantes. 
    Dejaremos a una lado las características de planta y espadaña para centrarnos en el resto de información, aunque si que me gustaría decir que me llamó la atención la portada apuntada del 1200 que es tan sencilla que da la sensación de que algo falla, eso si la comparamos con el gran número de esculturas que forman el alero y la cornisa. 

En mi visita pasé un rato muy ameno encontrando un dragón alado, mujeres con posturas algo extrañas, pero también una mujer con un niño, animales varios, como un rinoceronte, la cabeza de un toro o un camello, dos caballeros al lado de una mujer que ruega por su vida y otras dos a su lado, pero sobre todo un busto de un hombre cuya leyenda dice que se trata de Sansón. Aunque lo más lógico sea pensar que se trata del escultor o de quien pagó la construcción, el caso es que, sea quien sea, nos indica con su gesto que miremos, que no perdamos detalle.

Me entretuve y disfruté tanto con el exterior, que tuve poco tiempo para admirar los tesoros, a modo de dibujo, que habitan el interior. Las pinturas parece que están relacionadas con creencias de otras épocas, creencias sobre la santa y sobre el solsticio de verano, sobre la rueda de su tortura, o ese huevo que adoptará un día la forma de un navío.
Tengo que volver.

Quien era Catalina de Alejandría
Cuenta la tradición cristiana que nació hacia el 290 y era hija del rey Costo de Alejandría. Su progenitor falleció joven, y Catalina heredó una gran fortuna, pero también una gran sabiduría y una gran afán por los estudios, entre ellos de filosofía. 
    Un día se le apareció un ermitaño en sueños, y a raíz de ello se convirtió al cristianismo. Cuando Catalina tenía 18 años fue a ver al gobernado, el emperador Majencio, que había promulgado un edicto según el cual todos los habitantes de la comarca debían a acudir a Alejandría a ofrecer a los dioses un sacrificio, si no lo hacían caería sobre ellos el peso de la ley.
    Catalina acudió ante él y le recriminó por su forma de actuar, e, intentando demostrarle que sus dioses eran falsos, le conto las maravillas sobre el creador. El emperador quedó impresionado no solo por su belleza, sino también por su saber, comprendiendo al instante que no podría discutir con ella. Por ese motivo llamó a cincuenta sabios para que debatieran con ella pues él se sentía incapaz. Catalina le pidió fuerza a Dios, y él le envió un ángel que le dijo que derrotaría a todos y, además, les convertiría al cristianismo.
    Y así ocurrió, además de a los sabios, convirtió a un oficial y a doscientos soldados. Majencio, al verse derrotado por una mujer, casi una niña montó en cólera y condenó a sus hombres a morir en la hoguera. Es cierto que murieron, pero las llamas no les quemaron.

La intentó convencer para que fuera su mujer, a lo que Catalina se negó, y, como venganza, ordenó que le azotaran con clavos y cuchillas y después la encerraran en una mazmorra donde permanecería sin comida y sin ver a nadie.
    Tanto había oído hablar la esposa del Emperador de Catalina que fue a visitarla, y la niña, a pesar de estar maltrecha, en unas condiciones pésimas, convenció a la mujer y también se convirtió a pesar del peligro que ello suponía.
    Enterado Majencio de la traición, además del rechazo de Catalina, ordenó matar a su mujer, y seguir con la tortura a Catalina. Pero, cuando la sujetaron en la rueda, esta saltó hecha pedazos. No contento con su condena, ordenó su decapitación.

Conociendo los hechos es fácil adivinar que Catalina de Alejandría sea la patrona de las solteras, pero también lo es de la elocuencia, los filósofos, los estudiantes, los predicadores, las hilanderas, y de los oficios que se relacionan con el uso de la rueda. Su festividad se celebra el 25 de noviembre. Y no debemos olvidar que, ese mismo día, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Como curiosidad comentar que, en algunos lugares como en Alt Maestrat y en Benassal, se celebraba del día de les Catalinetes, "la fiesta de las niñas". 
Y, aunque se celebre el día 6 de diciembre, día de san Nicolás, no cabe duda de que el nombre nos recuerda a la santa.

marian tarazona
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