Chamberí. La estación fantasma del metro de Madrid

Buscando entre las leyendas en lugares abandonados, hoy nos encontramos con uno de esos lugares castizos, atrayentes, uno que se encuentra en el corazón de nuestro país, en Madrid.
    Son muchas las leyendas urbanas que nacen al amparo de lugares abandonados, y como no, la que hoy nos ocupa no podría dejarse aparte.
    En el subsuelo de la capital de España nos encontramos con una estación de metro abandonada, la de Chamberí, una estación fantasma hasta hace muy pocos años.
    Pero empecemos por el principio.
    El 17 de octubre de 1919 se inauguró la primera línea de metro en Madrid, dos años después del comienzo de sus obras que se iniciaban el 10 de julio de 1917.
    Ésta línea cubría el trayecto Puerta del Sol - Cuatro Caminos, y discurría a lo largo de tres kilómetros y medio con seis estaciones intermedias, Ríos Rosas, Martínez Campos, Chamberí, Glorieta de Bilbao, Hospicio (actual parada de Tribunal) y Red de San Luis (hoy Gran Vía).
    La estación de Chamberí, fue proyectada por el arquitecto Antonio Palacios, llevando a cabo un trabajo fuera de los cánones establecidos, con un acabado elegante y colorista.
    Utilizó, como elemento fundamental cerámica sevillana azul cobalto, alternándola con azulejos blancos, con un diseño plano basándose en la alternancia de colores y líneas.
    Pero quizá lo que mas llamaba la atención eran los grandes paneles publicitarios que adornaban la estación, realizados con cerámica, y que aparecieron al eliminar los de papel con los que habían cubierto los originales.
    Los recorridos del metro estaban rotulados a mano sobre las paredes, y si una línea se prolongaba se ampliaba el cartel, levantando los azulejos, para seguir rotulando las nuevas estaciones.
    Como he comentado, el metro de Madrid fue inaugurado el 17 de octubre de 1919, siendo su primer e insigne viajero el Rey Alfonso XIII, de esta forma Madrid se convertía en la quinta capital europea en contar con este servicio de transporte después de Londres (la primera ciudad del mundo en tener una línea del metro), Budapest, París y Berlín.
    El 24 de enero de 1917 Alfonso XIII había donado, a título personal, un millón de pesetas, con esos fondos se construiría la Compañía Metropolitano Alfonso XIII de la mano de los ingenieros Antonio González Echarte, Carlos Mendoza y Miguel Otamendi que proponían construir cuatro líneas que funcionasen en el centro de la ciudad y, además, en algunas poblaciones cercanas.
    El ABC del 18 de octubre de 1919, ofrecía una fotografía a toda página del día anterior. El rey posaba junto al vagón real del Metropolitano a punto de iniciarse el recorrido inaugural, y la pagina 11 servía de explicación del acto.
    En los diez años posteriores la Línea 1 de Metro se amplió con varias estaciones más hasta unir Tetuán con Vallecas.
    En 1961 y debido al aumento de viajeros, se llevó a cabo un alargamiento de los andenes para poder utilizar nuevos modelos de trenes de mayor capacidad, pasando de los 60 metros originales a 90 metros.
    Debido a la forma en curva de la Estación de Chamberí y su proximidad a las de Bilbao e Iglesia, era inviable su ampliación, por este motivo fue cerrada en 1966 por el Ministerio de Obras Públicas.
    Después de su cierre, la parada de Chamberí fue abandonada. Pero los trenes seguían pasando por ella, aunque sin parada.
    Así comenzó el declive de la estación y su posterior deterioro, llegando a ganarse el apelativo de Estación Fantasma con el que se la ha conocido hasta la actualidad. Despertando leyendas sobre sucesos que nadie sabe si en realidad existieron, pero que, como siempre ocurre con las leyendas urbanas, todo el mundo cree.
    Se decía que había apariciones extrañas, gritos o susurros, espectros de monjes. Incluso que allí se reunían por la noche personajes ilustres de los que tomaron sus nombres algunas estaciones, como Tirso de Molina, Velazquez, Colon, Quevedo, Rubén Darío o Chueca.
    La nostalgia hizo que los viajeros miraran a través de la ventana del metro de la línea 1 y observasen la estación como si se tratase de un reflejo del pasado.
    De nuestra estación, y de la línea 1 a la que pertenecía, se conocen muchos datos truculentos, y también históricos.
    Unos hablan de crímenes y suicidios, incluso durante la guerra civil las líneas del metro fueron intervenidas y por ellas se transportaban los ataúdes de camino a los cementerios del Este.
    Además de servir de refugio antiaéreo, la línea Goya-Diego de León se cerró, y se utilizaba como arsenal. En ese lugar, exactamente en el taller de carga de proyectiles, tuvo lugar una fuerte explosión el 10 de enero de 1938, dicha explosión se extendió por los túneles, afectando a cuatro trenes que circulaban en el momento, produciendo un número elevado de victimas.
    Las informaciones fueron confusas, y mientras unos medios hablaban de 700 victimas, otros mencionaban la cantidad de 5000, sin embargo, en el libro de inhumaciones de 1938 del cementerio de la Almudena se recoge un número de victimas mortales de 63 personas.
    En cuanto a lo que podríamos considerar leyendas, por no estar contrastada la información, destacaremos la de un crimen cometido en la persona de una niña.
    Cuentan que un cura y una monja habían sido sorprendidos en actitud más que cariñosa por una niña huérfana de un colegio cercano, y, ante el temor de ser descubiertos, optaron por tirar a la niña a las vías del metro, aprovechando una salida escolar.
    Dicen que su espíritu se aparece en fechas coincidentes con su cumpleaños…
    Otra leyenda habla de la aparición de varios restos humanos en las galerías del metro. La verdad es que no hay datos al respecto, pero si es cierto que en los años 80, al ir a reformar la plaza de Chamberí, en el subsuelo apareció un complejo de estructuras abovedadas, comunicadas entre si que ocupaban cientos de metros. Parece ser que se bifurcaban y llegaban a un convento y varios colegios cercanos.     Esa sería la explicación a los restos encontrados, los huesos pertenecerían a los restos de unos monjes que habían sido enterrados años atrás en dicho convento.
    Todavia existe otra leyenda, que aún no siendo en la estación de Chamberí, merece la pena añadirla aquí, transcurre en la estación de Tirso de Molina que también pertenece a la línea 1.
    En 1920 habían comenzado las obras para la construcción de esta estación, y los obreros escucharon una llamada de auxilio que se oía tras un muro, al derribar dicho muro apareció un esqueleto, desde entonces se escuchan gritos en ese lugar.
    La posible explicación según ciertos parapsicólogos, es que en ese lugar existió una ermita, y los gritos pertenecerían a almas en pena.
    Seguimos en la línea 1, entre las estaciones de Puente de Vallecas y Atocha varias mujeres fueron heridas por un bisturí, aunque ninguna vio a nadie.
    Este sería conocido como “el fantasma del bisturí”.
    Y para terminar con la línea 1, en la estación de Sol, los operarios de la limpieza comentan, amedrentados, que cada día, sobre las 3 de la mañana, escuchan ruidos, que los tornos se mueven solos, se ven sombras, y se escuchan susurros y pisadas en las escaleras…
    ¿Se trata de simples leyendas urbanas?
    Lo que mas llama la atención de esta historia es que la estación de Chamberí no se desmanteló, se tapiaron los accesos y así se quedó, con los billetes, carteles, periódicos y papeles desperdigados, incuso los tornos y taquillas tal y como habían estado hasta el último momento de su uso.
    ¿Por qué tantas prisas? ¿Por qué se cerró de la noche a la mañana?
    EL periódico ABC, recogía el día 21 de mayo de 1966, que la estación se clausuraba al día siguiente. Se puso el cartel correspondiente, y la estación se cerró.
    Durante unos años Chamberí ha sido visitada por vándalos, llenándola de pintadas, rompiendo mobiliario y cristales, quemando carteles. Incluso hubo personas que se aventuraban a visitarla recorriendo los túneles de 300 metros de longitud que la unen con otras estaciones, con el riesgo que conlleva el hecho de que la línea está en uso.
    Hoy en día la estación es visitable, manteniendo el diseño y el mobiliario tal y como la habían abandonado, incluso con los objetos de la época.
    El vestíbulo conserva los elementos originales como la taquilla principal, la de refuerzo, utilizada en momentos en que había mayor cantidad de usuarios, la de revisión, el control de entrada de viajeros, los pasos enclavados e incluso el cuarto de personal.
    Llama la atención el tablón de avisos con las tarifas existentes en el momento en que fue cerrada, y que variaban en función del trayecto, a diferencia de lo que ocurre hoy que existe una única tarifa.
    A izquierda y derecha existían dos tramos de escaleras, uno para bajada y entrada al andén, y el otro para subir y salir de los andenes; el motivo de que entradas y salidas se hicieran por escaleras distintas era por la estrechez de los túneles. Las indicaciones a los viajeros de la dirección de los trenes se colocaban al inicio de la escalera a través de la cual se accedía al andén.
    El mecanismo de los tornos para abrir las portezuelas consistía en una plataforma situada en el suelo que, al presionar sobre ella con los pies, abría la puerta para salir.
    Es curioso observar que la estación estaba adaptada, ya entonces,para su uso por parte de los minusválidos.
    Se trataba de una barra horizontal sujeta a otra barra vertical de color rojo y blanco. Esa barra horizontal se levantaba para abrir el paso a aquellas personas que fueran en sillas de ruedas o con problemas de movilidad.
Curiosidades de la estación fantasma de Chamberí:
    *Un billete sencillo en la época costaba 10 céntimos (de peseta), lo que equivaldría a 0,001 euros.
    *Durante la guerra civil española (1936-1939) esta estación, y otras, sirvieron de almacén y refugio a los ciudadanos durante los ataques aéreos.
    *Ésta parada fue uno de los escenarios del rodaje de la película “Barrio” (1998), de Fernando León de Aranoa. (Escena en la que se ve la estación como un lugar donde los indigentes y vagabundos buscan refugio). TRAILER
    * Inspiró la canción «La estación fantasma», del primer disco del grupo Los Coyotes, cuya letra decía:
... Viajando en dirección Iglesia miras por la ventana,
tú conocías ya aquella estación.
Pegado al cristal te devora el horror,
nada te puede salvar pero chillas;
algo raro había allí en esa estación.
Tus sospechas eran ciertas, ahora lo sabes,
el terror surgió de pronto en la estación fantasma …
    *Las instalaciones fueron usadas en a película "Pájaros de papel", de 2010, en la primera producción cinematográfica de Emilio Aragón, en ella se presentaba la utilización de las estaciones de durante el asedio del Ejército franquista a la ciudad de Madrid en la Guerra Civil Española. TRAILER
    * Y la mayor de las curiosidades, a pesar del abandono, nunca se han visto arañas ni ratas.
    *La estación volvió a abrirse al público, convertida en museo, en marzo de 2008.

marian tarazona
*Texto e imágenes son propiedad del blog*

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